Tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles se caracteriza por el uso excesivo del tendón de Aquiles, una banda de tejido que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Esta afección se observa con frecuencia en corredores que intensifican bruscamente su entrenamiento o la duración de sus carreras. Además, las personas de mediana edad que practican deportes de fin de semana como el tenis o el baloncesto también son propensas a desarrollar tendinitis de Aquiles debido a las explosiones repentinas de actividad. La tensión repetitiva sobre el tendón provoca inflamación, causando dolor y molestias en la parte posterior de la pierna y el talón.
Síntomas y factores de riesgo de la tendinitis de Aquiles
El dolor de la tendinitis de Aquiles suele empezar como un dolor leve en la parte posterior de la pierna o por encima del talón, sobre todo después de correr o realizar actividades deportivas. Pueden producirse episodios de dolor intenso tras correr, subir escaleras o esprintar de forma prolongada.
Además del dolor, también puede experimentar sensibilidad o rigidez, sobre todo por la mañana, que tiende a mejorar con una actividad leve. Prestar atención a estos primeros signos es crucial para evitar que se agrave y permitir un tratamiento a tiempo.
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecer tendinitis de Aquiles, como la edad, un aumento repentino de la actividad física, ser hombre, tener un pie plano o padecer determinadas afecciones médicas. Además, la disminución de la flexibilidad del tobillo o la rigidez del tendón de Aquiles también pueden elevar el riesgo de padecer tendinitis.
Tratamiento con ondas de choque para la tendinitis de Aquiles
La terapia con ondas de choque ha surgido como una prometedora opción de tratamiento no invasivo, respaldada por estudios recientes que demuestran su capacidad para reducir el dolor y mejorar la función. Una revisión sistemática destaca sus efectos analgésicos a corto plazo y sus beneficios a largo plazo, como el aumento del flujo sanguíneo y la reducción de la inflamación, que mejoran los resultados.
Sorprendentemente, pueden observarse efectos positivos en la tendinitis de Aquiles en sólo 3-4 sesiones, espaciadas aproximadamente 1 semana. Esto sugiere que, para la mayoría de los pacientes, pueden obtenerse resultados positivos con relativa rapidez, sobre todo si se combinan con ejercicios guiados por un fisioterapeuta.
Como complemento no invasivo de un programa de fisioterapia, la terapia con ondas de choque para la tendinitis de Aquiles resulta ser una opción excelente. Mediante la incorporación de un régimen que incluya ejercicios excéntricos y terapia con ondas de choque, las personas pueden aspirar a recuperar un estilo de vida normal y sin dolor a pesar de padecer tendinitis de Aquiles.
La terapia de ondas de choque ofrece un rayo de esperanza a las personas que sufren dolor y limitaciones por la tendinitis de Aquiles. Este enfoque innovador abre la puerta a una recuperación más rápida, una mayor movilidad y una renovada sensación de bienestar. Con el apoyo de profesionales sanitarios y la orientación adecuada, los pacientes pueden embarcarse en un viaje hacia un estilo de vida activo y sin dolor, dejando la tendinitis de Aquiles en el pasado.
[1] Perlick, L., Schiffmann, R., Kraft, C. N., Wallny, T., & Diedrich, O. (2002). Tratamiento con ondas de choque extracorporales de la tendinitis de Aquiles: Experimental and preliminary clinical results. Zeitschrift fur Orthopadie und ihre Grenzgebiete, 140(3), 275-280.
[2] Furia, J. P. (2008). High-energy extracorporeal shock wave therapy as a treatment for chronic noninsertional Achilles tendinopathy. The American journal of sports medicine, 36(3), 502-508.