Los músculos glúteos, que comprenden el potente trío de glúteo mayor, medio y menor, son la base de la locomoción humana y la estabilidad pélvica. Cuando estos músculos cruciales y sus tendones asociados se ven comprometidos por una tendinopatía glútea, los pacientes suelen experimentar un dolor lateral de cadera debilitante que puede afectar significativamente a su calidad de vida. Esta completa guía explora cómo la terapia con ondas de choque extracorpóreas (ESWT) ha surgido como una modalidad de tratamiento revolucionaria para tratar esta difícil afección.
Introducción
La tendinopatía glútea es una de las causas más frecuentes de dolor lateral de cadera y afecta a millones de personas en todo el mundo, sobre todo a mujeres mayores de 40 años. Esta afección degenerativa afecta principalmente a los tendones del glúteo medio y el glúteo menor en su inserción en el trocánter mayor del fémur. Comprender la fisiopatología subyacente y las opciones de tratamiento es crucial tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes que buscan un alivio eficaz de esta afección a menudo persistente.
¿Cuáles son las causas de la tendinopatía glútea?
La tendinopatía glútea surge por microtraumatismos repetidos en los tendones glúteos, especialmente durante movimientos que requieren abducción y rotación externa de la cadera. Este uso excesivo conduce a una sobrecarga mecánica, a menudo desencadenada por abductores de cadera débiles, patrones de movimiento deficientes o bipedestación prolongada. Los factores de riesgo anatómicos incluyen una estructura pélvica ancha, diferencias en la longitud de las piernas y ángulos alterados del cuello femoral. Con la edad, los tendones experimentan cambios degenerativos -reducción de la producción de colágeno y alteración de la matriz extracelular- que disminuyen su capacidad de recuperación. Afecciones como la diabetes y la disfunción tiroidea pueden dificultar aún más la cicatrización de los tendones. Los traumatismos directos o los largos periodos de inmovilidad también pueden aumentar la vulnerabilidad. A nivel celular, la enfermedad implica una respuesta de cicatrización fallida: las fibras tendinosas normales se desorganizan, con neovascularización y crecimiento de nervios. Estos cambios provocan dolor crónico y pérdida de función.
¿Cuáles son los diferentes estadios de la tendinopatía glútea?
La tendinopatía glútea se desarrolla en fases progresivas que influyen en la elección del tratamiento. En la fase reactiva, el tendón responde a la sobrecarga con un aumento de la actividad celular. La estructura del tendón permanece intacta y el dolor aparece durante o después de la actividad. La fase de deterioro del tendón presenta cambios más desorganizados de la matriz. El dolor se vuelve más persistente y puede estar presente incluso durante los movimientos cotidianos. Los tendones se vuelven rígidos y su tolerancia a la carga disminuye. En la fase degenerativa se produce una descomposición estructural importante, muerte celular y escaso suministro vascular. El dolor es constante y a menudo interrumpe el sueño y la vida cotidiana. Los tendones en esta fase tienen un potencial de curación limitado y responden mal a los tratamientos conservadores. Reconocer estas fases ayuda a adaptar las intervenciones a la gravedad de la enfermedad.
Por qué es importante este artículo
La tendinopatía glútea suele tratarse mal y con poco éxito con los cuidados habituales. El tratamiento con ondas de choque presenta una alternativa convincente y respaldada por la evidencia. El objetivo de este artículo es explicar su base científica y su relevancia clínica. Al vincular la investigación actual con las estrategias de tratamiento del mundo real, ayudamos a los clínicos a seleccionar a los candidatos ideales y a integrar eficazmente el tratamiento con ondas de choque en los planes de rehabilitación. De este modo, los profesionales pueden tomar decisiones informadas y bien orientadas. Los pacientes también se benefician de la comprensión del papel de la terapia, lo que les permite mantener conversaciones más significativas con su equipo asistencial. Cuando se aplica correctamente, el tratamiento con ondas de choque mejora los resultados, reduce la frustración y ayuda a recuperar el movimiento sin dolor, especialmente en el caso de tendinopatías rebeldes o avanzadas.
Terapia por ondas de choque: Fundamento científico y mecanismo
La aplicación de energía mecánica con fines terapéuticos ha evolucionado considerablemente en las últimas décadas, y la terapia con ondas de choque extracorpóreas se ha convertido en una modalidad de tratamiento sofisticada y no invasiva. Comprender los principios científicos subyacentes a esta tecnología es fundamental para apreciar su potencial terapéutico en el tratamiento de la tendinopatía glútea.
¿Qué es la terapia con ondas de choque extracorpóreas (ESWT)?
Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas (ESWT) es un tratamiento no invasivo que envía ondas acústicas de alta energía a los tejidos lesionados. Estas ondas generan rápidos cambios de presión, desencadenando respuestas biológicas a nivel celular y molecular. Hay dos tecnologías principales que generan ondas de choque: la electromagnética y la piezoeléctrica. Los sistemas electromagnéticos utilizan un campo magnético para acelerar una membrana, mientras que los sistemas piezoeléctricos se basan en cristales que se deforman bajo la corriente eléctrica, produciendo ondas acústicas precisas. Durante el tratamiento, se coloca un aplicador manual sobre la zona dolorida, con un gel que garantiza una transferencia óptima de la energía. Los parámetros clave, como la intensidad de la energía, la frecuencia de pulso y el número total de descargas, se personalizan en función de la lesión y el perfil del paciente. La mayoría de los planes de tratamiento requieren varias sesiones a lo largo de varias semanas. La ESWT moderna ofrece dos tipos: ondas de choque focalizadas para efectos más profundos y específicos, y ondas de choque radiales para un tratamiento más amplio y superficial. La elección depende de la profundidad de la lesión y de los objetivos clínicos.
Mecanismos biológicos de acción
La eficacia terapéutica de la terapia con ondas de choque se debe a su capacidad para desencadenar múltiples procesos biológicos simultáneamente, creando una respuesta curativa integral que aborda tanto los síntomas como la fisiopatología subyacente de la tendinopatía glútea.
Mecanotransducción y respuesta celular
La mecanotransducción es la forma en que las células convierten las fuerzas mecánicas en señales bioquímicas. Cuando las ondas de choque golpean el tejido tendinoso, activan canales iónicos mecanosensibles, desencadenando vías celulares que producen factores de crecimiento clave como VEGF, bFGF y TGF-β. Estos factores favorecen la angiogénesis, la proliferación celular y la formación de matriz extracelular. Las ondas de choque también activan las vías del óxido nítrico, mejorando el flujo sanguíneo y el aporte de nutrientes. Las células madre y progenitoras son reclutadas y se diferencian en tenocitos, favoreciendo la regeneración del tendón. Las fuerzas mecánicas ayudan a alinear las fibras de colágeno, restaurando la resistencia y mejorando la capacidad de carga del tendón.
Neovascularización y regeneración tisular
El tratamiento con ondas de choque estimula la neovascularización -la formación de nuevos vasos sanguíneos- en zonas tendinosas poco vascularizadas. Esto es crucial en la tendinopatía glútea, donde la degeneración suele producirse en zonas hipóxicas. Las ondas de choque estimulan las células endoteliales para que formen capilares, lo que mejora el suministro de oxígeno y nutrientes al tiempo que elimina los residuos y la inflamación. También activan las células madre locales y regulan las metaloproteinasas de la matriz (MMP), equilibrando la descomposición y la síntesis de tejido. Esta doble acción favorece la sustitución de la matriz tendinosa dañada por tejido sano, acelerando la recuperación y mejorando la resistencia de los tejidos.
Modulación del dolor mediante la teoría de la puerta de control
La terapia de ondas de choque reduce el dolor en parte gracias a la teoría del control de puertas. El tratamiento estimula las fibras nerviosas sensoriales de gran diámetro que suprimen las señales de dolor de las fibras nociceptivas más pequeñas, ofreciendo un alivio inmediato. También reduce la sustancia P, un neuropéptido relacionado con el dolor, y estimula la liberación de opioides endógenos. Estos efectos combinados ayudan a reducir el dolor agudo y crónico. Al abordar las vías periféricas y centrales, la terapia con ondas de choque ofrece un alivio integral del dolor, especialmente eficaz para la tendinopatía glútea de larga duración.
Síntesis de colágeno y remodelación del tendón
Las ondas de choque favorecen la cicatrización de los tendones estimulando los fibroblastos y aumentando la síntesis de colágeno de tipo I, el principal componente de los tendones sanos. También ayudan a alinear las nuevas fibras de colágeno para mejorar la resistencia a la tracción. La terapia regula las MMP y sus inhibidores, garantizando un proceso equilibrado de degradación y reconstrucción del colágeno. Con el tiempo, esta remodelación controlada sustituye el tejido desorganizado y dañado por fibras tendinosas más fuertes y elásticas, restaurando la función y la resistencia.
Pruebas científicas y estudios de investigación
La eficacia del tratamiento con ondas de choque para la tendinopatía glútea está bien avalada por la investigación clínica. Los metanálisis y las revisiones sistemáticas informan de un alivio significativo del dolor y una mejora de la función en comparación con el placebo. Un importante ensayo controlado aleatorizado publicado en The American Journal of Sports Medicine mostró una reducción del dolor de 70% y una mejora de la función tras el tratamiento con ondas de choque, con beneficios que duraron 12 meses y efectos adversos mínimos. Los ensayos comparativos destacan mejores resultados a largo plazo que las inyecciones de corticosteroides, especialmente en la preservación de la salud del tendón. Los estudios de imagen, como la ecografía y la resonancia magnética, confirman la curación estructural del tendón, mostrando una disminución del grosor del tendón y una normalización de la ecogenicidad que concuerdan con las mejoras clínicas.
Tasas de éxito y resultados clínicos
El tratamiento con ondas de choque muestra tasas de éxito de entre 65% y 85% para la tendinopatía glútea, definidas por la reducción del dolor, la mejora de la función y la satisfacción del paciente. Los mejores resultados están relacionados con una intervención precoz, una edad más temprana y la ausencia de comorbilidades como la artrosis. Los casos crónicos pueden necesitar más sesiones o terapias complementarias. Los estudios a largo plazo informan de una mejoría sostenida hasta un año después del tratamiento, aunque algunos pacientes se benefician de sesiones de mantenimiento, especialmente aquellos con problemas biomecánicos persistentes.
El papel de las ondas de choque en el algoritmo de tratamiento
La integración del tratamiento con ondas de choque en el tratamiento integral de la tendinopatía glútea requiere una cuidadosa consideración del momento del tratamiento, las características del paciente y las intervenciones concurrentes. Entender dónde encaja esta modalidad dentro del algoritmo terapéutico más amplio garantiza unos resultados óptimos, al tiempo que evita tratamientos innecesarios o retrasos en la recuperación.
Tratamientos de primera línea: Cuándo empezar de forma conservadora
El tratamiento conservador constituye la base del tratamiento de la tendinopatía glútea, y la mayoría de las directrices clínicas recomiendan un ensayo de intervenciones no invasivas antes de considerar opciones más agresivas. Este enfoque se basa en el principio de que muchos casos de tendinopatía pueden resolverse con una modificación adecuada de los factores agravantes y una rehabilitación específica.
Descanso y modificación de la actividad
El tratamiento de la tendinopatía glútea empieza por ajustar las actividades que sobrecargan el tendón. Se desaconseja el reposo total, ya que puede causar debilidad muscular y empeorar la afección. En su lugar, se hace hincapié en el "reposo relativo", que reduce la tensión sobre el tendón al tiempo que mantiene el movimiento general y la forma física. Se aconseja a los pacientes que eviten acciones que provoquen síntomas, como permanecer mucho tiempo sentados sobre superficies duras o la abducción repetitiva de la cadera. Las estrategias incluyen modificar los movimientos cotidianos, como subir escaleras o entrar en el coche, para reducir la irritación. La intensidad del ejercicio puede reducirse en un 50-70%, eligiendo alternativas para mantener el acondicionamiento. A medida que mejoran los síntomas, se reintroduce gradualmente la carga mediante una progresión guiada por los síntomas para fomentar la adaptación del tendón sin agravamiento.
AINE y tratamiento del dolor
Los AINE ayudan a controlar el dolor en la tendinopatía glútea, aunque su papel en la reducción de la inflamación es limitado. El alivio del dolor permite a los pacientes realizar la rehabilitación. A menudo se prefieren los AINE tópicos como el diclofenaco debido a sus menores efectos secundarios sistémicos. Su uso a corto plazo (2-4 semanas) durante las reagudizaciones suele ser eficaz, pero su uso a largo plazo puede dificultar la cicatrización del tendón al afectar a la producción de prostaglandinas y colágeno. Los pacientes con restricciones de AINE pueden considerar el paracetamol, la capsaicina tópica o la terapia con hielo. El tratamiento del dolor debe ser personalizado, teniendo en cuenta los antecedentes y las preferencias del paciente, con el objetivo de favorecer el movimiento y la rehabilitación en lugar de enmascarar los síntomas a largo plazo.
Fisioterapia y rehabilitación basada en ejercicios
La rehabilitación basada en ejercicios es fundamental para tratar la tendinopatía glútea. Los ejercicios excéntricos de fortalecimiento, especialmente los de abducción y rotación externa de la cadera, favorecen la curación del tendón al mejorar la estructura del colágeno y la tolerancia a la carga. El programa también se centra en los factores biomecánicos, fortaleciendo toda la cadena cinética inferior, incluidos los pies, las caderas y el tronco. La rehabilitación comienza con ejercicios isométricos para desarrollar la fuerza inicial, seguidos de entrenamiento isotónico y funcional. La carga progresiva es esencial para la adaptación de los tejidos. Los programas suelen durar entre 12 y 16 semanas, con reevaluaciones periódicas para adaptar la progresión y garantizar una recuperación eficaz y orientada a los objetivos.
¿Cuándo considerar la terapia con ondas de choque?
La decisión de incorporar la terapia con ondas de choque al plan de tratamiento requiere una evaluación cuidadosa de múltiples factores, como la duración de los síntomas, la respuesta al tratamiento conservador y las características específicas del paciente que pueden influir en el éxito del tratamiento.
Duración de los síntomas como guía
El tratamiento con ondas de choque suele considerarse tras 3-6 meses de tratamiento conservador si persisten los síntomas. Este periodo permite la curación natural al tiempo que evita molestias prolongadas. La tendinopatía aguda (<3 meses) suele responder bien a la rehabilitación sola, pero los casos crónicos pueden requerir los efectos biológicos añadidos de las ondas de choque. Los plazos individualizados son importantes. Si el dolor persiste después de 6-8 semanas de rehabilitación adecuada -o limita de forma significativa la función diaria o laboral- puede ser conveniente intervenir antes, especialmente en el caso de atletas o trabajos físicamente exigentes. Los signos clínicos como la rigidez matutina prolongada, el dolor nocturno o la dificultad para realizar actividades básicas pueden indicar la necesidad de intensificar el tratamiento. Los objetivos del paciente, la carga sintomática y la calidad de vida general deben guiar la toma de decisiones.
Criterios de selección de pacientes
La selección cuidadosa de los pacientes mejora los resultados del tratamiento con ondas de choque. Los candidatos ideales tienen una tendinopatía glútea confirmada con dolor lateral localizado en la cadera e imágenes de apoyo. Las edades comprendidas entre 30 y 70 años responden mejor, ya que los pacientes más jóvenes pueden recuperarse de forma conservadora y los mayores pueden presentar una degeneración más compleja. Las contraindicaciones son el embarazo, los marcapasos, el cáncer activo o los trastornos hemorrágicos. Los pacientes también deben tener expectativas realistas y aceptar modificar sus actividades durante el tratamiento. Factores psicológicos como la aversión al miedo, la depresión o la catastrofización pueden reducir el éxito del tratamiento. Abordar estos problemas junto con la atención física -posiblemente con apoyo de salud mental- mejora los resultados generales y la satisfacción del paciente.
Combinación de ondas de choque y rehabilitación
La combinación sinérgica de la terapia con ondas de choque con programas de rehabilitación estructurados ha demostrado producir resultados superiores en comparación con cualquiera de las dos intervenciones por separado. Este enfoque integrado aprovecha los efectos biológicos de la terapia con ondas de choque al tiempo que aborda los aspectos biomecánicos y funcionales de la recuperación mediante la prescripción de ejercicios específicos.
Integración secuencial frente a integración simultánea
La rehabilitación puede programarse de forma secuencial o simultánea con la terapia de ondas de choque. Los protocolos secuenciales comienzan con sesiones de ondas de choque para reducir el dolor, seguidas de rehabilitación una vez que se alivian los síntomas, lo que resulta ideal para pacientes con altos niveles de dolor que dificultan el ejercicio. La integración simultánea combina el tratamiento con ondas de choque y el ejercicio. Este enfoque utiliza la carga mecánica de la rehabilitación para potenciar los efectos de reparación biológica de las ondas de choque. Fomenta la remodelación tisular y la mejora funcional mediante la estimulación combinada. Estudios recientes apoyan los métodos simultáneos, que muestran mejores resultados debido a la sinergia entre el ejercicio y los efectos de las ondas de choque. En última instancia, la elección del tratamiento depende de la gravedad de los síntomas, la tolerancia del paciente y los objetivos de la terapia.
Evitar errores comunes en la rehabilitación
Los errores de rehabilitación pueden socavar la terapia con ondas de choque. Un error frecuente es adelantar los ejercicios demasiado rápido después del tratamiento, con el consiguiente riesgo de sobrecarga tisular y reagudización. El ejercicio debe suponer un reto, pero dentro de los límites de tolerancia; esta "ventana terapéutica" garantiza la adaptación sin causar daños. Centrarse sólo en la fuerza de los glúteos también es problemático. Ignorar la tensión de los flexores de la cadera, la debilidad del tronco o la disfunción del movimiento puede hacer que se pasen por alto las causas subyacentes. Es esencial adoptar un enfoque integral. Retomar demasiado pronto las actividades que agravan el problema puede revertir los progresos. Una progresión estructurada y basada en criterios -en lugar de basarse únicamente en los síntomas- es crucial para evitar una nueva lesión y favorecer una recuperación duradera.
Papel de los programas de ejercicio en casa (PEF)
Los programas de ejercicio en casa amplían los beneficios de la terapia en la clínica y favorecen la recuperación a largo plazo. Los PEA deben adaptarse, ser progresivos y actualizarse periódicamente en función de la mejoría y los objetivos del paciente. Los componentes clave incluyen el estiramiento de los músculos tensos, el fortalecimiento del complejo glúteo y el reentrenamiento de los movimientos funcionales. La sencillez y la claridad son esenciales: los pacientes deben realizar los ejercicios de forma correcta y sistemática. Las herramientas de apoyo, como guías escritas, vídeos o aplicaciones, ayudan a garantizar el cumplimiento y la forma correcta. La reevaluación continua mantiene la eficacia del programa, pasando de actividades básicas a otras más complejas o específicas del deporte a medida que avanza la recuperación.
¿Cómo se compara con otros tratamientos?
Conocer la eficacia relativa, los riesgos y los beneficios del tratamiento con ondas de choque en comparación con otras opciones terapéuticas permite tomar decisiones con conocimiento de causa y seleccionar el tratamiento adecuado para cada paciente.
Inyecciones de corticosteroides
Las inyecciones de corticosteroides alivian rápidamente el dolor al suprimir la inflamación, pero pueden perjudicar la salud del tendón a largo plazo. Los estudios demuestran que, aunque estas inyecciones reducen los síntomas rápidamente, el dolor suele reaparecer al cabo de 3-6 meses. En cambio, el tratamiento con ondas de choque favorece la cicatrización de los tejidos y ofrece beneficios más duraderos. A diferencia de los corticoides, estimula la regeneración en lugar de limitarse a suprimir la inflamación. El uso repetido de corticosteroides aumenta el riesgo de debilitamiento o rotura del tendón. La terapia de ondas de choque tiene un perfil de efectos secundarios mucho más seguro, que suele limitarse a molestias temporales o irritación leve de la piel. Debido a estos riesgos y a su limitada durabilidad, los corticosteroides están cayendo en desuso para el tratamiento a largo plazo de las tendinopatías.
Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP)
Las inyecciones de PRP utilizan las plaquetas del propio paciente para aportar factores de crecimiento al tendón. Al igual que el tratamiento con ondas de choque, el PRP favorece la curación y no sólo el alivio de los síntomas. Algunos estudios muestran resultados comparables entre el PRP y el tratamiento con ondas de choque. Sin embargo, el tratamiento con ondas de choque no es invasivo, es menos costoso y evita los riesgos relacionados con las inyecciones. La combinación de PRP con el tratamiento con ondas de choque puede mejorar los resultados en casos graves o resistentes. Sin embargo, debido a su sencillez y repetibilidad, los pacientes suelen preferir el tratamiento con ondas de choque al PRP, limitado por el coste y las molestias de la inyección.
Intervenciones quirúrgicas
La cirugía es el último recurso para la tendinopatía glútea cuando fracasan las opciones conservadoras. Los procedimientos pueden incluir el desbridamiento del tendón, la bursectomía o la reparación del tendón. Las tasas de éxito quirúrgico varían (60-90%) y conllevan riesgos como infección, daño nervioso y larga recuperación (3-6 meses). En cambio, la terapia con ondas de choque es de bajo riesgo, no requiere tiempo de inactividad y permite a los pacientes mantener sus actividades cotidianas durante el tratamiento. Muchos pacientes aptos para la cirugía pueden evitarla mediante el tratamiento con ondas de choque. Además, es más rentable que la cirugía si se tienen en cuenta los gastos de hospitalización, anestesia y rehabilitación.
Consideraciones prácticas y preguntas frecuentes
Comprender los aspectos prácticos del tratamiento con ondas de choque ayuda a los pacientes y a los profesionales sanitarios a tomar decisiones informadas sobre la aplicación del tratamiento, a establecer expectativas adecuadas y a optimizar los resultados mediante una preparación y unos cuidados postratamiento apropiados.
¿Es dolorosa la terapia de ondas de choque?
El dolor durante el tratamiento con ondas de choque varía según el paciente, dependiendo de la tolerancia, los parámetros del tratamiento y la zona tratada. La mayoría refieren una sensación pulsátil profunda, molesta pero tolerable. Las molestias suelen ser más intensas en los primeros minutos y disminuyen a medida que avanza la sesión, en parte debido a los efectos analgésicos de la terapia. Para aumentar la comodidad, los médicos suelen empezar con intensidades más bajas y aumentar gradualmente la energía. Los aparatos modernos ofrecen aplicadores y protocolos adaptables para un confort individualizado. Tras el tratamiento, pueden aparecer molestias similares a la fatiga post-ejercicio, que suelen desaparecer en 24-48 horas. Algunos pacientes pueden experimentar una reagudización temporal de los síntomas en la primera semana, lo cual es normal e indica la curación de los tejidos.
Consideraciones sobre la degeneración tendinosa asociada a la edad
Los tendones que envejecen cicatrizan más lentamente debido a la reducción del colágeno, el riego sanguíneo y la elasticidad. Estos cambios repercuten en los resultados del tratamiento y requieren una planificación cuidadosa para los adultos mayores. A pesar de estas dificultades, el tratamiento con ondas de choque sigue siendo eficaz con protocolos modificados. Al principio pueden utilizarse niveles de energía más bajos, con una progresión gradual. Pueden ser necesarias más sesiones para obtener resultados. Deben tenerse en cuenta las afecciones médicas, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, y la medicación (por ejemplo, los anticoagulantes). Es esencial un plan de rehabilitación a medida, centrado en la fuerza, el equilibrio y la corrección biomecánica para favorecer la curación de los tendones y prevenir las recidivas en poblaciones que envejecen.
¿Puedo reanudar la actividad durante el tratamiento?
Los pacientes deben evitar las actividades de alto impacto o agravantes (por ejemplo, correr o caminar mucho) durante el tratamiento con ondas de choque, pero no es necesario el reposo absoluto. Las opciones de bajo impacto, como nadar o montar en bicicleta, suelen ser seguras si los síntomas no empeoran. Se recomienda una vuelta gradual a la actividad normal una vez finalizado el tratamiento, a partir de las 2-4 semanas posteriores al tratamiento, guiándose por el dolor, el progreso funcional y la obtención de imágenes si es necesario. La actividad laboral debe evaluarse individualmente. Algunos pacientes siguen trabajando con ajustes, mientras que otros pueden necesitar restricciones a corto plazo. La comunicación con los empresarios o los servicios de salud laboral puede ayudar a continuar trabajando de forma segura.
¿Existen contraindicaciones o efectos secundarios?
El tratamiento con ondas de choque suele ser seguro, pero existen contraindicaciones. Las contraindicaciones absolutas son el embarazo, las neoplasias malignas en la zona de tratamiento y la proximidad de marcapasos o implantes. Los trastornos hemorrágicos, las infecciones y los anticoagulantes son contraindicaciones relativas y requieren una evaluación individualizada. Los efectos secundarios habituales, como hematomas leves, enrojecimiento o hinchazón, desaparecen en pocos días. Algunos pacientes experimentan una reagudización temporal de los síntomas, que refleja una respuesta curativa. Algunos riesgos poco frecuentes son la irritación nerviosa o la lesión tisular por exceso de energía. Estos riesgos pueden evitarse mediante una técnica adecuada, la configuración de los equipos y un personal clínico cualificado.
Cobertura del seguro y costes
La cobertura del tratamiento con ondas de choque varía. Mientras que algunas aseguradoras la cubren para afecciones como la fascitis plantar o el codo de tenista, la cobertura para la tendinopatía glútea puede requerir autorización previa o no estar disponible. A pesar de los costes iniciales, la terapia con ondas de choque puede reducir los gastos a largo plazo al evitar la cirugía, los medicamentos y el tiempo de trabajo perdido. Algunas clínicas ofrecen paquetes o planes de pago para quienes pagan de su bolsillo. Teniendo en cuenta los costes directos e indirectos -como la pérdida de productividad o la reducción de la calidad de vida-, el tratamiento con ondas de choque suele resultar rentable con el tiempo.
Resumen: Una potente opción para aliviar la tendinopatía glútea
La terapia de ondas de choque ha surgido como un tratamiento eficaz y no invasivo para la tendinopatía glútea, especialmente en los casos que no responden a los cuidados conservadores. Favorece la cicatrización del tendón mediante mecanismos mecánicos y biológicos, y ofrece alivio del dolor y mejora funcional con un riesgo mínimo. Los resultados óptimos dependen del momento adecuado -normalmente tras 6-12 semanas de rehabilitación fallida- y de una cuidadosa selección del paciente. La integración con un programa de rehabilitación estructurado mejora los resultados, y los ejercicios en casa desempeñan un papel clave en el éxito a largo plazo. En comparación con las inyecciones de corticosteroides o PRP, el tratamiento con ondas de choque ofrece beneficios duraderos sin procedimientos invasivos ni riesgos relacionados con las inyecciones. En muchos casos, puede ayudar a los pacientes a evitar la cirugía. Su seguridad, su creciente evidencia clínica y su favorable perfil de costes la convierten en una opción potente y accesible para el tratamiento del dolor crónico lateral de cadera. Cuando se utiliza con criterio y como parte de un plan de tratamiento integral, la terapia con ondas de choque puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes que sufren tendinopatía glútea.
Referencias
- Terapia de ondas de choque para la tendinopatía
- Cómo vence la terapia de ondas de choque a la tendinopatía
- Eficacia a largo plazo de la terapia con ondas de choque extracorpóreas radiales y focalizadas combinadas para la patología del tendón glúteo medio: Un estudio piloto
- Resultados a largo plazo del tratamiento con ondas de choque extracorpóreas de baja energía en la tendinopatía glútea documentada mediante resonancia magnética