Codo de golfistaLa epicondilitis interna, o epicondilitis medial, puede parecer una lesión exclusiva de los golfistas, pero es un problema común para cualquiera que realice movimientos repetitivos con el brazo: atletas, trabajadores manuales e incluso quienes trabajan en escritorios durante muchas horas. Esta dolencia implica dolor e inflamación en la cara interna del codo, donde los tendones se unen al hueso. Puede afectar a la fuerza de agarre, las actividades diarias y el rendimiento deportivo. Afortunadamente, la terapia de ondas de choque ha surgido como una solución revolucionaria que ofrece alivio y acelera la recuperación del codo de golfista.
¿Cuáles son las causas del codo de golfista?
El codo de golfista se produce cuando los tendones del antebrazo que conectan con la parte interna del codo se tensan o irritan. La causa suele ser la tensión repetitiva o el uso excesivo de los músculos del antebrazo. En deportes como el golf, el tenis o el béisbol, el movimiento de balanceo ejerce mucha presión sobre estos tendones. Del mismo modo, los trabajos que implican agarrar herramientas o levantar objetos pesados también pueden contribuir a esta afección. El movimiento repetitivo causa pequeños desgarros en los tendones, que provocan inflamación y dolor.
¿Cómo se trata el codo de golfista en el pasado?
En el pasado, los tratamientos para el codo de golfista se basaban principalmente en reposo, fisioterapia y medicamentos antiinflamatorios. En algunos casos, se utilizaban inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y controlar el dolor, pero a menudo se trataba de una solución temporal. La cirugía se consideraba el último recurso para los casos más graves. Aunque estos tratamientos pueden aliviar el dolor, no siempre abordan la causa fundamental de la lesión, y los plazos de recuperación pueden ser largos. Además, el riesgo de recidiva sigue siendo alto.
Cómo funciona la terapia de ondas de choque para el codo de golfista
Terapia de ondas de choque, o tratamiento con ondas de choque extracorpóreas (ESWT)es un tratamiento no invasivo muy eficaz para afecciones musculoesqueléticas como el codo de golfista. Esta terapia avanzada utiliza ondas acústicas de alta energía para estimular los procesos naturales de curación del organismo. El proceso se inicia cuando las ondas sonoras focalizadas se dirigen a los tejidos diana de la zona afectada.
Cuando se aplican ondas de choque, crean microtraumatismos en el tejido lesionado, lo que activa los mecanismos naturales de reparación del organismo. Las ondas de choque aumentan la circulación en la zona, llevando oxígeno y nutrientes esenciales al tendón dañado, lo que favorece la reparación y regeneración del tejido. El tratamiento con ondas de choque también estimula la producción de colágeno, una proteína clave que fortalece y cicatriza los tejidos. Al aumentar la producción de colágeno, el tendón se vuelve más resistente y menos propenso a sufrir nuevos daños.
Además, la terapia con ondas de choque ayuda a romper el tejido cicatricial y las calcificaciones que pueden haberse acumulado en los tendones debido a la tensión repetitiva. El tejido cicatricial puede afectar al funcionamiento normal de los tendones, causando dolor crónico y restringiendo el movimiento. Al desintegrar este tejido cicatricial, las ondas de choque mejoran la elasticidad de los tendones y reducen la rigidez, lo que puede mejorar la movilidad general de la articulación.
Una de las principales ventajas del tratamiento con ondas de choque es su precisión. Las ondas sonoras de alta frecuencia pueden dirigirse al lugar de la lesión con extrema precisión, favoreciendo la curación directamente en el tejido dañado sin afectar a las zonas circundantes. Este enfoque específico acelera la recuperación al tiempo que minimiza el riesgo de efectos secundarios, lo que la convierte en un tratamiento muy eficaz para dolencias como el codo de golfista.
Qué esperar durante una sesión de terapia con ondas de choque
Una sesión típica de terapia con ondas de choque para el codo de golfista dura aproximadamente de 10 a 15 minutos. El tratamiento es rápido y sencillo, lo que lo convierte en una opción popular para personas ocupadas. Antes de empezar, el terapeuta limpia la zona afectada para garantizar una higiene adecuada, y se aplica un gel especial para mejorar la transmisión de las ondas sonoras y asegurar un contacto suave entre el dispositivo de ondas de choque y la piel.
Durante el tratamiento, se sujeta el dispositivo de ondas de choque contra el codo y se emiten ondas acústicas de alta energía en ráfagas cortas y pulsátiles. El paciente experimenta una serie de sensaciones rápidas y pulsátiles cuando las ondas de choque penetran en la piel y se dirigen al tendón lesionado. Aunque la mayoría de los pacientes describen la sensación como incómoda, en general se tolera bien, con sólo ligeras molestias durante el procedimiento.
Las ondas de choque provocan microtraumatismos en los tendones, que estimulan el proceso natural de curación del organismo. Estos microtraumatismos activan los mecanismos de reparación a nivel celular, acelerando la curación del tejido dañado. La terapia con ondas de choque también estimula el flujo sanguíneo, que es esencial para la regeneración del tendón.
Por lo general, son necesarias entre 3 y 5 sesiones de tratamiento para lograr mejoras apreciables. Estas sesiones se espacian aproximadamente una semana, dando tiempo al cuerpo para curarse entre tratamientos. La mayoría de los pacientes empiezan a ver resultados significativos en los primeros tratamientos, con reducción del dolor, aumento de la movilidad y mejora de la función del codo.
Una de las principales ventajas de la terapia con ondas de choque es que no es invasiva, es decir, no requiere cirugía ni largos periodos de recuperación. Después de cada sesión, puede reanudar sus actividades normales sin tiempo de inactividad. Algunos pacientes pueden experimentar una ligera sensibilidad en la zona tratada después de la sesión, pero es temporal y debería desaparecer en unas horas.
Conclusión: Volver al juego
El codo de golfista puede ser una dolencia frustrante, pero con tratamientos modernos como la terapia de ondas de choque, el alivio está al alcance de la mano. Este tratamiento no invasivo y altamente eficaz aborda las causas subyacentes de la lesión, acelera la recuperación y restablece la funcionalidad. Tanto si es golfista, tenista o simplemente alguien que sufre dolor en el codo, la terapia con ondas de choque puede ayudarle a volver a hacer lo que le gusta, sin necesidad de cirugía ni largos periodos de recuperación.