Terapia de ondas de choque para lesiones de corredores

Índice

Introducción

Correr es una de las formas más populares y accesibles de ejercicio cardiovascular. Aporta importantes beneficios para la salud cardiovascular, el bienestar mental y el control del peso. Sin embargo, también conlleva una alta incidencia de lesiones por sobreuso debido a las fuerzas de impacto repetitivas que implica. Los estudios demuestran que hasta el 79% de los corredores sufren al menos una lesión al año, desde esguinces leves hasta patologías tendinosas crónicas. Aunque la mayoría de las lesiones de corredores se tratan inicialmente con estrategias conservadoras -como reposo, hielo, compresión, elevación (RICE), fisioterapia y modificaciones del calzado-, estas medidas no suelen resolver la degeneración tisular o los síndromes de dolor de larga duración. En tales casos, la terapia con ondas de choque extracorpóreas (ESWT) ha surgido como una solución no invasiva y basada en pruebas para acelerar la recuperación, aliviar el dolor y restaurar la función en corredores lesionados.

Comprender las lesiones del corredor

El impacto del estrés repetitivo

Correr implica patrones de carga cíclicos que someten a las estructuras musculoesqueléticas, especialmente a las extremidades inferiores, a un estrés submáximo repetido. Cada pisada genera fuerzas de reacción del suelo hasta 2,5 veces superiores al peso corporal, que deben ser absorbidas y transferidas eficazmente a través de los pies, los tobillos, las rodillas y las caderas. Cuando la carga tisular supera la capacidad de recuperación, se acumulan daños microscópicos que provocan inflamación, degeneración de los tendones y, finalmente, dolor y disfunción. Este proceso se ve agravado por factores como una biomecánica incorrecta, una recuperación inadecuada, una fuerza insuficiente o una mala elección del calzado. Como los corredores a menudo se dejan llevar por los primeros signos de malestar, los microtraumatismos pueden evolucionar hacia una patología crónica.

Las principales lesiones a las que se enfrentan los corredores

Fascitis plantar

Se trata de una de las lesiones del pie más comunes entre los corredores. Se presenta con dolor agudo en el talón, sobre todo durante los primeros pasos de la mañana o tras un reposo prolongado. La fascia plantar -una gruesa banda fibrosa que sostiene el arco del pie- sufre microdesgarros e inflamación por la tracción repetitiva y las fuerzas de impacto. Los casos crónicos pueden implicar degeneración y calcificación en la inserción del talón, lo que limita la movilidad y la capacidad de entrenamiento.

Tendinopatía de Aquiles

La tendinopatía de Aquiles implica cambios degenerativos en el tendón de Aquiles debidos al uso excesivo. Los corredores pueden experimentar rigidez matutina, hinchazón y dolor durante la impulsión. La sobrecarga del tendón, los cambios repentinos en el kilometraje o en las superficies de entrenamiento, la escasa flexibilidad de la pantorrilla y los defectos biomecánicos como la sobrepronación son factores contribuyentes comunes. La tendinopatía crónica provoca la desorganización de las fibras de colágeno y el deterioro de la elasticidad del tendón.

Síndrome de estrés de la tibia medial (Shin Splints)

Esta lesión por sobreuso se caracteriza por dolor difuso a lo largo del borde medial de la tibia. Está causada por una tracción excesiva de los músculos sóleo y tibial posterior sobre el periostio de la tibia, lo que provoca una inflamación localizada. Los factores de riesgo incluyen errores de entrenamiento, pie plano y amortiguación inadecuada del calzado.

Síndrome de la banda iliotibial (SBIT)

La ITBS provoca un dolor agudo en la parte lateral de la rodilla, sobre todo cuando ésta se flexiona unos 30 grados. La banda iliotibial, una gruesa estructura fascial que recorre el muslo, roza el epicóndilo femoral lateral durante el movimiento repetitivo. Esta fricción provoca irritación e inflamación, especialmente en corredores que corren con frecuencia cuesta abajo o tienen abductores de cadera débiles.

Tendinopatía rotuliana (La rodilla del corredor)

Esta afección se refiere al dolor en el tendón rotuliano, justo debajo de la rótula. Suele estar relacionada con actividades repetitivas de salto o carrera, que provocan una alteración del colágeno en el tendón. La tendinopatía rotuliana reduce la capacidad de generar movimientos explosivos y puede interferir con las escaleras, las sentadillas y la carrera sostenida.

Por qué suelen fracasar los tratamientos conservadores

Los cuidados conservadores son importantes pero no siempre curativos, especialmente en el caso de tendinopatías crónicas o lesiones fasciales. En muchos casos, el reposo y las estrategias antiinflamatorias sólo proporcionan alivio a corto plazo, mientras persisten los cambios degenerativos subyacentes. Los tejidos tendinosos y fasciales tienen un riego sanguíneo limitado, lo que ralentiza la curación. Además, la dependencia excesiva de terapias pasivas sin corrección biomecánica o carga progresiva no consigue reconstruir la integridad del tejido. En los casos crónicos suele haber tejido fibrótico, neovascularización o depósitos calcificados que se resisten a la terapia manual. Los pacientes que retrasan la búsqueda de atención avanzada o se saltan los protocolos de rehabilitación suelen experimentar una recurrencia de los síntomas o una recuperación prolongada.

Descripción general de la terapia de ondas de choque para lesiones de corredores

Definición de terapia de ondas de choque

La terapia con ondas de choque, también conocida como terapia extracorpórea con ondas de choque (ESWT), es un método de tratamiento no invasivo que utiliza ondas acústicas para estimular la cicatrización de los tejidos musculoesqueléticos, especialmente tendones, ligamentos y músculos. La tecnología evolucionó inicialmente a partir de la litotricia, un procedimiento médico diseñado para romper los cálculos renales. Con el tiempo, los profesionales médicos la han adaptado a las lesiones de tejidos blandos, el tratamiento del dolor crónico y la mejora de los tiempos de recuperación. La terapia de ondas de choque se utiliza mucho en medicina deportiva para corredores con lesiones por sobreuso, como tendinopatías o fascitis. Funciona aplicando breves ráfagas de ondas sonoras de alta energía a la zona afectada. Estas ondas sonoras crean una presión mecánica en los tejidos, generando una respuesta biológica que ayuda a la curación. Las ondas de choque pueden ser focalizadas o radiales. Las ondas focalizadas penetran en las capas más profundas de los tejidos, por lo que son ideales para lesiones profundas como las tendinosas. Las ondas de choque radiales, en cambio, están más extendidas y suelen utilizarse para tratar lesiones superficiales.

Cómo estimulan las ondas de choque la cicatrización del tejido musculoesquelético

Cuando se aplican ondas de choque al tejido lesionado, producen tensión mecánica en la estructura celular, lo que provoca diversos efectos beneficiosos. Esto incluye:

  • Aumento de la circulación y el flujo sanguíneo: El tratamiento con ondas de choque favorece la vasodilatación y estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos (neovascularización). Esto mejora el aporte de oxígeno y nutrientes a la zona lesionada, acelerando el proceso de curación.
  • Producción de colágeno: Las ondas de choque activan los fibroblastos (células productoras de colágeno), favoreciendo la síntesis de nuevas fibras de colágeno. El colágeno es esencial para reparar tendones y ligamentos dañados.
  • Descomposición del tejido cicatricial: Con el tiempo, las lesiones crónicas pueden provocar la formación de tejido cicatricial o calcificación, que puede inhibir el funcionamiento normal de los tejidos. La terapia con ondas de choque ayuda a romper estos tejidos rígidos y fibrosos, permitiendo que se forme un tejido más sano y elástico.
  • Reducción del dolor: Las ondas de choque estimulan la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales del organismo. También desensibilizan las terminaciones nerviosas, lo que provoca una reducción de la transmisión del dolor desde el lugar de la lesión.
  • Estimulación celular: Las ondas de choque provocan microtraumatismos a nivel celular, lo que activa los procesos de reparación celular. Esta estimulación ayuda al tejido a regenerarse y cicatrizar con mayor eficacia.

Qué esperar de una sesión de tratamiento

Una sesión típica de tratamiento con ondas de choque dura entre 10 y 20 minutos, dependiendo del tamaño de la zona tratada. El número de sesiones necesarias varía, pero normalmente se recomiendan de 3 a 6 sesiones, espaciadas una semana. Los resultados suelen notarse después de 2 ó 3 sesiones, con una mejora significativa a partir de la tercera semana de tratamiento. He aquí un desglose detallado de lo que cabe esperar durante una sesión:

  • Preparación: En primer lugar, el terapeuta localiza la zona lesionada mediante palpación. A continuación, se aplica un gel conductor para mejorar la transmisión de las ondas de choque al tejido.
  • Aplicación de ondas de choque: El dispositivo manual de ondas de choque se coloca sobre la zona de la lesión. El terapeuta ajustará la intensidad de la energía en función de la gravedad de la lesión y de la tolerancia al dolor del paciente. Los pacientes sentirán un leve golpeteo cuando se apliquen las ondas de choque.
  • Postratamiento: Tras el tratamiento, los pacientes pueden experimentar una ligera molestia o sensibilidad en la zona tratada, que suele remitir al cabo de unas horas. Aunque no hay tiempo de inactividad después de la sesión, se recomienda evitar cualquier actividad extenuante durante 48 horas para permitir que el tejido responda al tratamiento.

Beneficios de la terapia de ondas de choque para los corredores

Favorece la rápida regeneración de los tejidos

Uno de los principales beneficios de la terapia con ondas de choque es su capacidad para acelerar la regeneración de los tejidos. Cuando los corredores sufren lesiones como la tendinitis, el proceso de curación suele estancarse, lo que provoca un dolor prolongado y una movilidad limitada. Las ondas de choque ayudan a estimular la producción de colágeno, que es esencial para reconstruir las estructuras de tendones y ligamentos. Esto acelera el proceso de curación y garantiza que el tejido cicatrice de forma que imite su estructura natural, mejorando la fuerza y la flexibilidad generales. Además, la terapia con ondas de choque ayuda a estimular los fibroblastos, las células que desempeñan un papel fundamental en la cicatrización de heridas generando colágeno. Esto puede ser especialmente importante en lesiones crónicas que no cicatrizan sólo con tratamientos conservadores.

Reduce el dolor sin medicación

El tratamiento del dolor es un reto habitual para los corredores con lesiones crónicas. Aunque los medicamentos orales, los AINE y las inyecciones de corticosteroides pueden ofrecer un alivio temporal, a menudo conllevan efectos secundarios a largo plazo y no abordan la raíz del dolor. En cambio, la terapia con ondas de choque alivia el dolor sin fármacos. Las ondas acústicas estimulan la liberación de endorfinas -analgésicos naturales producidos por el organismo- y reducen la sensibilidad de las terminaciones nerviosas, lo que provoca una notable disminución del dolor. Esto permite a los atletas volver a entrenar o competir con menos dependencia de los medicamentos, que pueden perjudicar el rendimiento o provocar efectos secundarios no deseados.

Descompone el tejido cicatricial y la calcificación

El tejido cicatricial y la calcificación son frecuentes en las lesiones tendinosas crónicas, como la tendinopatía de Aquiles o la fascitis plantar. Estas formaciones rígidas impiden el movimiento y la flexibilidad normales del tejido. La terapia con ondas de choque ayuda a romper estas formaciones tisulares anormales, lo que devuelve la función y la movilidad a la zona afectada. Al romper los depósitos calcificados y el tejido cicatricial, la terapia con ondas de choque deja paso a una regeneración tisular más sana. En afecciones como la tendinopatía calcificada, en la que los depósitos de calcio se acumulan en los tendones, la terapia con ondas de choque es especialmente eficaz. Las ondas de choque rompen físicamente la acumulación de calcio, lo que no sólo alivia el dolor sino que también mejora la movilidad y la función general de los tendones.

Acelera la vuelta a la actividad

Las lesiones, sobre todo las crónicas, suelen dejar fuera de juego a los corredores durante largos periodos. La recuperación puede durar semanas o incluso meses, dependiendo de la gravedad de la lesión. La terapia con ondas de choque ofrece un tiempo de recuperación más rápido, lo que permite a los corredores reincorporarse más rápidamente a su programa de entrenamiento o competición. Dado que las ondas de choque estimulan una regeneración y curación más rápidas de los tejidos, ayudan a los corredores lesionados a volver a su nivel normal de actividad mucho antes que las terapias tradicionales o el reposo por sí solos.

Plazos de recuperación acelerada

En el caso de lesiones por uso excesivo o lesiones por esfuerzo repetitivo que se desarrollan gradualmente con el tiempo, la terapia con ondas de choque puede acelerar significativamente los plazos de recuperación. Afecciones como la tendinopatía del tendón de Aquiles, la fascitis plantar y los dolores en las espinillas pueden requerir varios meses de rehabilitación, pero con la terapia de ondas de choque, este plazo se reduce a menudo hasta en un 30-50%. La combinación de reducción de la inflamación, estimulación de la producción de colágeno y mejora de la circulación sanguínea ayuda al tejido lesionado a repararse y regenerarse mucho más rápidamente.

Optimización del rendimiento y resistencia a las lesiones

Tras la recuperación, la terapia con ondas de choque no sólo cura las lesiones, sino que también optimiza el rendimiento. Al mejorar la salud general de los tejidos, la terapia con ondas de choque aumenta la fuerza y la elasticidad de tendones y músculos, haciéndolos más resistentes a futuras lesiones. En el caso de los corredores, esto se traduce en una mejora de los parámetros de rendimiento, como el aumento de la longitud de zancada, la reducción de la rigidez muscular y la mejora de la flexibilidad articular. La terapia con ondas de choque no sólo aborda la lesión en cuestión, sino que también ayuda a construir un sistema musculoesquelético más fuerte y resistente a las lesiones, lo que permite a los atletas rendir al máximo y recuperarse más rápidamente.

Maximización de los resultados de la terapia con ondas de choque

Momento óptimo dentro de las fases de lesión

Para que la terapia con ondas de choque sea más eficaz, debe aplicarse en la fase adecuada de la lesión. En la fase aguda (normalmente en las primeras 48 horas), la lesión aún está inflamada e hinchada, y el tratamiento con ondas de choque puede exacerbar los síntomas. En las fases subaguda o crónica, cuando la inflamación se ha reducido pero la curación se ha estancado, la terapia con ondas de choque resulta más beneficiosa. Para los corredores, el momento ideal para introducir la terapia de ondas de choque es cuando el dolor ha persistido durante varias semanas y han fracasado otros tratamientos conservadores. Esto podría incluir lesiones tendinosas como la tendinopatía de Aquiles o el síndrome de la banda IT, que son resistentes al reposo y a los protocolos de rehabilitación estándar.

Combinación de ondas de choque con ajustes biomecánicos

Aunque la terapia con ondas de choque trata la lesión a nivel tisular, no corrige los problemas biomecánicos subyacentes que pueden haber contribuido a la lesión en primer lugar. Para obtener los mejores resultados, el tratamiento con ondas de choque debe combinarse con evaluaciones y ajustes biomecánicos. Esto podría implicar:

  • Análisis de la marcha para identificar patrones de movimiento que sobrecargan determinados músculos o articulaciones.
  • Ortesis o calzado adecuado para corregir los desequilibrios.
  • Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la flexibilidad y la fuerza muscular.

Uso preventivo en corredores de gran volumen

Para los corredores que entrenan intensamente o a grandes volúmenes, la terapia preventiva con ondas de choque puede ayudar a mantener la salud de los tejidos y evitar lesiones. Muchos corredores de élite recurren a la terapia con ondas de choque de forma proactiva, sobre todo si perciben signos precoces de molestias o tirantez en zonas de gran tensión como el tendón de Aquiles, la banda IT o los gemelos. Mediante el uso precoz de la terapia con ondas de choque, estos atletas pueden evitar que lesiones menores se agraven, evitando así el tiempo de inactividad y continuando con sus rigurosos programas de entrenamiento.

Factores nutricionales y de estilo de vida que favorecen la curación

Una nutrición y unos hábitos de vida adecuados son esenciales para el éxito de la terapia con ondas de choque. Combinando estos factores de estilo de vida con la terapia de ondas de choque, los corredores pueden recuperarse de forma óptima y rendir al máximo:

  • Dietas ricas en proteínas: La producción de colágeno y la regeneración de los tejidos dependen de los aminoácidos, por lo que una ingesta adecuada de proteínas es vital para la recuperación.
  • Vitamina C y antioxidantes: Estos nutrientes favorecen la reparación de los tejidos y reducen el estrés oxidativo, ayudando a una curación más rápida.
  • Descanso y sueño adecuados: El sueño es cuando se produce gran parte de la curación del cuerpo, por lo que descansar lo suficiente es fundamental para la recuperación.
  • Gestión de la carga: Sobrecargar el cuerpo con demasiado ejercicio demasiado pronto después del tratamiento con ondas de choque puede provocar una nueva lesión, por lo que deben seguirse protocolos cuidadosos de vuelta al entrenamiento.

Lo que corredores y médicos suelen pasar por alto

A pesar del creciente uso de la terapia con ondas de choque (ESWT) en el tratamiento de lesiones en la carrera a pie, tanto los atletas como los médicos a veces pasan por alto aspectos críticos de su aplicación, que pueden repercutir en la eficacia del tratamiento. Echemos un vistazo más de cerca a algunas de las consideraciones clave.

Más allá de las lesiones: Mejorar la activación muscular

La terapia de ondas de choque no es sólo para tratamiento de lesiones-también puede mejorar la activación muscular. Para los corredores, el uso de la terapia de ondas de choque incluso cuando no están lesionados puede mejorar la elasticidad muscular, la fuerza y la coordinación. Ayuda a los músculos a responder más rápidamente a las exigencias físicas, optimiza la forma de correr y acelera la recuperación después del entrenamiento. Los corredores pueden ver mejorado su rendimiento y reducido el riesgo de lesiones con un uso constante.

Los que no responden: Razones y soluciones

No todos los corredores responden de la misma manera a la terapia con ondas de choque. Si el tratamiento no funciona como se esperaba, puede deberse a un diagnóstico erróneo, a una intensidad incorrecta o a la cronicidad de la lesión. Los pacientes que no responden pueden necesitar ajustes en los parámetros de la terapia, una reevaluación de la lesión o una combinación de otras terapias como la fisioterapia para mejorar la recuperación. Personalizar el enfoque puede ayudar a obtener mejores resultados.

La calidad y el tipo de equipo son importantes

El tipo de dispositivo de ondas de choque utilizado influye significativamente en el éxito del tratamiento. Las ondas de choque radiales son eficaces para lesiones superficiales, mientras que las ondas de choque focalizadas son mejores para lesiones de tejidos más profundos. Las máquinas de mayor calidad con los ajustes adecuados proporcionan una mayor precisión y un tratamiento más eficaz, lo que es crucial para obtener resultados consistentes.

Futuro de la terapia con ondas de choque

A medida que avance el tratamiento con ondas de choque, es posible que se amplíe su uso en combinación con otras terapias, como los tratamientos con láser y la terapia con células madre. Crece el interés por su papel en la prevención de lesiones, sobre todo en corredores de gran volumen, y por su potencial en medicina animal, especialmente en caballos y perros.

Conceptos erróneos sobre la terapia con ondas de choque

A pesar de su éxito, existen varios mitos en torno a la terapia con ondas de choque. Algunos creen que sólo sirve para lesiones crónicas o que es dolorosa. En realidad, la terapia con ondas de choque es beneficiosa tanto para las lesiones agudas como para las crónicas y suele tolerarse bien. Tampoco es un tratamiento único; su eficacia depende del tipo de lesión, de los parámetros de las ondas de choque y de otros factores.

Conclusión

La terapia de ondas de choque se ha una piedra angular en el tratamiento de las lesiones del corredorque ofrece una opción no invasiva y sin fármacos para la curación y la recuperación. Tanto si se utiliza para tratar lesiones crónicas, como la tendinopatía del tendón de Aquiles, como lesiones agudas, como las distensiones musculares, la terapia con ondas de choque ha demostrado resultados impresionantes en la estimulación de la regeneración de tejidos, la reducción del dolor y la mejora del rendimiento deportivo general. Para los corredores, los beneficios de la terapia con ondas de choque son innegables. Sin embargo, para maximizar estos beneficios, tanto los atletas como los médicos deben ser conscientes de varios factores críticos, como el momento del tratamiento, la calidad del equipo y la importancia de combinar la terapia con ondas de choque con otras modalidades terapéuticas. Adoptando un enfoque holístico e incorporando la terapia con ondas de choque a una estrategia de recuperación y rendimiento completa, los corredores pueden mejorar significativamente sus posibilidades de no lesionarse y alcanzar sus objetivos de rendimiento.

Referencias

Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas en trastornos musculoesqueléticos:

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC3342893

Terapia con ondas de choque para heridas agudas y crónicas de tejidos blandos: Un estudio de viabilidad:

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0022480407000078

Eficacia de la terapia con ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar:

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7006537

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